Un aperitivo para todo lo que hay por delante

 | 30.04.2018 12:50

Tanto que decir, tanto que contar, que habrá que ir haciéndolo en varios artículos a modo de capítulos, porque hay demasiadas variables que están en plena vigencia y que hay que saber interpretar.

La rentabilidad del bono a 10 años de Estados Unidos superó el 3% el martes, por primera vez desde enero de 2014, y el rendimiento del bono a 2 años se ha situado en el 2,5%, máximo desde septiembre de 2008. La subida de las rentabilidades de Estados Unidos sí está provocando debilidad en las bolsas. Las expectativas sobre inflación en Estados Unidos están impulsando la rentabilidad de los bonos estadounidenses. A más corto plazo, los inversores ya anticipan nuevas subidas de tipos por parte de la Reserva Federal así como la retirada de los estímulos monetarios de otros bancos centrales.

JP Morgan estima que el rendimiento del bono a 10 años terminará en 2018 en el 3,15%. De hecho, la última vez que el rendimiento a 10 años superó el 3% los bonos del Tesoro se recuperaron. La clave, como les vengo diciendo realmente no es el 3% sino el 3,05%, ya que concretamente 3,0516% es el máximo intradía establecido el 2 de enero de 2014 y no se ha observado ningún rendimiento superior a ese desde 2011.

Pero sería un grave error fijarnos únicamente en el bono a 10 años. El aumento en los rendimientos a dos años está en máximos desde 2008. Sí, el bono a 10 años podría atraer toda la atención, pero los rendimientos más altos a corto plazo son más problemáticos.

A pesar de todo lo que se habla sobre la subida del rendimiento del bono estadounidense a 10 años, si vemos un gráfico de largo plazo cabría preguntarse si no se está exagerando todo demasiado.