¿Víctima de los mercados o responsable de sus actos?

 | 21.11.2019 10:26

Estimado lector, ¿sabe usted si en su desempeño como inversor, gestor, analista o trader actúa como un profesional victimista o como uno responsable?
Mediante las distinciones lingüísticas que nos ofrece el coaching ontológico puede usted identificar en que situación se encuentra. Realice el siguiente ejercicio de visualización:
Tome perspectiva. Externalícese. Mírese cómo si estuviera viendo una película en la televisión donde el protagonista es usted. Una vez pueda visualizarse claramente sea sincero consigo mismo y observe qué está respondiendo a las siguientes preguntas o situaciones:
  1. ¿Ha culpabilizado alguna vez a su plataforma de trading por algún error cometido en su operativa?
  2. ¿Se ha planteado alguna vez que una operación fallida se ha debido al análisis incorrecto realizado por parte de un analista?
  3. ¿Se ha planteado que sus pérdidas se han debido a un cambio político?
  4. ¿Se ha visto alguna vez culpando de su error a una noticia filtrada por los medios de comunicación?
  5. ¿Se ha visto culpabilizando a Donald Trump por sus twits?
  6. ¿Se ha visto culpabilizando a la C.N.M.V o al organismo regulador pertinente de sus pérdidas?
  7. ¿Se ha visto culpabilizando a la “volatilidad” de su poca rentabilidad?
  8. ¿Se ha visto culpabilizando a la “asimetría de información” de los mercados?
Si se ha visto culpabilizando de sus errores al entorno, a la falta de medios, a la economía, al color político que gobierna su país, a factores externos en general, usted está siendo victimista.
Cuando una persona se sitúa como víctima no se responsabiliza de lo que ocurre porque la culpa se sitúa en un lugar externo a él. ¿Pero qué sentido tiene ser victimista en el mundo de los mercados financieros? Ser victimista tiene beneficios.
Primero es que permite justificarse y una vez que se justifica, usted queda en un estado de libertad. Ha señalado al culpable y se ha limpiado las manos. Además, señalando al culpable usted va a tomar el rol de “bueno” y el otro va a ser el “malo”.
Existe otra derivada que actúa de forma inconsciente: Es posible que en este rol de “yo he sido perjudicado por….” reciba muestras de amor y cariño o se vea en situaciones donde la gente tenga compasión por usted.
Otro beneficio que ocurre cuando usted se encuentra en un estado de victimista es que el grado de ansiedad baja considerablemente por el hecho de eximirse que cualquiera responsabilidad y pasarle la pelota al que usted considera culpable de su situación.
Por tanto, ser victimista tiene al menos tres beneficios: Primero, una situación de tranquilidad de su consciencia. Segundo, recibirá muestras de calor y compasión y por último su grado de ansiedad disminuirá. Visto así pudiera ser que esto de ser victimista es interesante.
Aunque como todo en la vida, la parte negativa de estar actuando como victimista es especialmente contraproducente. Suelta las riendas de su vida al control de terceras personas. Siendo victimista, usted no controlará su vida, sino que será un títere de la vida. En último grado sería como la negación de uno mismo.
Otra desventaja de estar actuando como victimista es que la forma como se percibe la realidad le quita poder. En vez de empoderarle le limita en las acciones y en la forma de relacionarse con los demás. Si yo no puedo actuar sobre la situación causada tampoco tengo ninguna capacidad para resolverla (si usted no es parte del problema tampoco es parte de la solución).
h2 /h2 h2 ¿Cómo detectar mediante la lingüística si usted está actuando como víctima o responsable?/h2
El lenguaje no es gratuito. Tiene capacidad de acción y por tanto de generar nuevas realidades. Además, detrás de cada palabra se esconde (subyace) una emocionalidad. Por tanto, cambiando el lenguaje tiene la capacidad de cambiar la emocionalidad y por tanto puede cambiar las acciones que usted está dispuesto a realizar.
Sea consciente de su lenguaje, de su forma de hablar, de su tonalidad, de lo que dice, cómo lo dice y de lo que no dice ya que detrás de cada palabra subyace un inconsciente.
Le propongo un segundo ejercicio. Vuelva a posicionarse como espectador de su vida. Siéntase en el sofá y obsérvese a través de la pantalla de una televisión. Allí está usted como protagonista de una película. Sea sincero consigo mismo y analice el lenguaje de su “yo” en la película.
  1. ¿Su “yo” protagonista en esa película utiliza un lenguaje lleno de explicaciones?
  2. ¿Acaso observa que es una conversación dirigida al pasado?
  3. ¿Está llena de justificaciones?
  4. ¿Parece que es un bucle sinfín?
  5. ¿Utiliza muchos “porqués”?
  6. ¿Utiliza muchos “es que”?
Si su respuesta es afirmativa tiene muchas posibilidades para encontrarse dentro del victimismo. Además, deberá tener presente que detrás del victimismo se esconde una emocionalidad que no abre posibilidades en su desempeño como trader, analista o inversor en mercados bursátiles. Es el resentimiento.
En cambio, desde la responsabilidad (habilidad para ser responsable) asumimos que hay situaciones que no podemos cambiar pero que existen otras muchas donde SÍ tenemos capacidad para influir sobre éstas y por tanto buscar una solución. Desde la responsabilidad usted no encontrará la solución a todos los problemas, sino que el abanico de posibilidades será mucho mayor que desde el victimismo. Y por tanto si tiene mayores posibilidades también tendrá mayores capacidades en actuar y mayor capacidad de acción ya que se observará a usted mismo con capacidades para la resolución de esos problemas. El resentimiento se convertirá en motivación y en serena ambición.
Lingüísticamente su lenguaje estará focalizado hacia el futuro. Dispondrá de mayor capacidad de visualizarlo y por tanto de generar más acciones. Será un lenguaje empoderado donde usted se verá con fuerzas para solventar cualquier situación que se le aparezca.
Observe los detalles y matices entre un lenguaje victimista y un lenguaje responsable: