Riesgos de los bancos "demasiado grandes para caer"

 | 12.12.2017 14:38

El peligro de los grandes bancos “too big to fail” es una realidad irrefutable y patente tras comprobar su papel en la crisis subprime.

Durante años, entre 1999 y 2007, la banca se convirtió en un monstruo dedicado a maximizar sus ganancias mediante argucias varias como el falseamiento de cuentas, engaño a clientes, reguladores y público en general, creación de estructuras opacas y destinadas al fracaso o manipulación de tasaciones y precio de los activos inmobiliarios, etcétera…

Así, el subprime creció y engordó más allá de lo racional y controlable, infló los precios de las viviendas y activos asociados, creó deudas abultadas entre demandantes de crédito que no tenían solvencia alguna a sabiendas de que nunca podrían devolver el dinero… y otras lindezas.

Manipularon los precios inmobiliarios y de los activos subyacentes que crearon ad hoc, también los tipos de interés, el escándalo de manipulación concertada del Libor fue impresionante, crearon identidades falsas… todo para forrarse.

El tipo de interés Libor se acuerda diariamente en el mercado de Londres, determina el tipo al que se prestan los bancos y por tanto el dinero que cuestan los préstamos, además tiene un impacto directo en el mercado de derivados.

Así, años sumando actos ilícitos y dinero ganado impropiamente hasta que en 2007 llegó el momento de la verdad.

Todos los bancos estaban involucrados en la mayoría de escándalos, habían asumido niveles de apalancamiento desmesurados e insostenibles y la interconexión entre ellos, basada principalmente en los mercados de derivados, generó el efecto dominó que fue tumbando banco tras banco hasta la llegada obligada de las autoridades con sus programas de rescate masivo. ¡Por el bien de todos!.

Uno de los mensajes más cacareado por la clase política tras la crisis fue que nunca volvería a suceder algo igual. Se comprometieron a vigilar la operativa, aumentar la regulación, reducir el tamaño de los bancos, obligar a su escisión según riesgos de forma que nunca pudieran utilizar el dinero de los depositantes para aventuras especulativas, reducir los mercados de derivados OTC y en su defecto crear una plataforma oficial para la negociación… Bla, bla, bla.

La depuración de responsabilidades entre los grandes banqueros que causaron la mayor crisis bancaria, financiera y económica global en un siglo brilló por su ausencia. Ninguno de los altos ejecutivos fue a prisión, “too big to jail?”.

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El volumen total de derivados OTC hoy ya supera los 700 billones de dólares, alrededor de 10 veces el PIB mundial y 14 veces más que el balance agregado de esos 28 bancos, entre los que se encuentran BBVA (MC:BBVA) y Santander (MC:SAN), vean relación completa:Los 28 bancos más grandes:

JP Morgan Chase (NYSE:JPM), Bank of America (NYSE:BAC), Citigroup (NYSE:C), HSBC (LON:HSBA), Deutsche Bank (DE:DBKGn), Crédit Agricole (PA:CAGR), BNP Paribas (PA:BNPP), Barclays (LON:BARC), Mitsubishi (T:8058), Bank of China (HK:3988), Royal Bank of Scotland (LON:RBS), Morgan Stanley (NYSE:MS), Goldman Sachs (NYSE:GS), Mizuho (T:8411), Santander, Société Générale (PA:SOGN), ING Bank (AS:INGA), BPCE, Wells Fargo (NYSE:WFC), Sumitomo Mitsui (T:8316), UBS (SIX:UBSG), UniCredit (MI:CRDI), Credit Suisse (NYSE:CS), Nordea (ST:NDA), BBVA, Standart Chartered Bank of New York Mekon State Street (NYSE:STT)

El balance total de estos bancos es de 50.341 millones de dólares. La realidad tras lo prometido hace casi una década es realmente frustrante.

Los bancos sistémicos y “too big to fail” además de continuar siendo los mismos, han crecido hasta alcanzar tamaño y cuota del total de mercado (en activos, pasivos, riesgos, operativa, derivados…) muy superiores a los del techo subprime de 2007.

Un ilustre profesor emérito de ciencias económicas en la Universidad de Toulouse y ex miembro del consejo general del Banco de Francia, François Morin, ha publicado un análisis pormenorizado de la situación en su libro recién publicado La hidra mundial, el oligopolio bancario“.

Según el autor, la hidra bancaria es el grupo de 28 bancos globales que unidos en oligopolio hegemónico, controlan el 90% de los activos financieros del mundo, gestionan la mayor parte de la riqueza mundial, de los mercados financieros, imponen sus intereses y criterios a los políticos y en definitiva gobiernan.

  • “Los estados son a la vez rehenes de la hidra bancaria y están disciplinados por ésta. La crisis de 2007-2008 prueba este poder.”
  • “Los grandes bancos detentaban los productos tóxicos responsables de la crisis pero, en vez de reestructurar los bancos, los Estados terminaron asumiendo sus obligaciones y la deuda privada se transformó en deuda pública.”

Uno de los principales responsables de la crisis subprime, por sucumbir a la presión del oligopolio y derogar una ley crítica, permitiendo así el desmadre bancario de principio de siglo fue el ex presidente de la Reserva Federal (Fed), Alan Greenspan.

El 12 de noviembre de 1999, Mr. Alan Greenspan derogó la ley Glass- Steagall, una norma introducida tras la crisis del 29 con el fin de separar el dinero de sus depositantes de las actividades especulativas y que, obligando a la gestión disciplinada, fue capaz de impedir graves crisis bancarias durante casi siete décadas.

Según wikipedia: “La Ley Glass-Steagall es el nombre bajo el que se conoce generalmente la Banking Act o Ley de Bancos de los Estados Unidos de 1933 (Pub. L. No. 73-66, 48 Stat. 162). Entró en vigor el 16 de junio de 1933, estableciendo la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) e introduciendo diversas reformas bancarias, para controlar la especulación, destacando la separación entre la banca de depósito y la banca de inversión (bolsa de valores). Fue promulgada por el presidente Franklin D. Roosevelt para evitar que se volviera a producir una situación como la crisis de 1929″.

Ahora el Sr Trump, además de haber nombrado a nuevo presidente de la Fed, Jerome Powell, también elegirá a algunos otros miembros, entre los que seguramente se encuentre el encargado de regulación. Las pretensiones de Trump parecen orientadas a flexibilizar aún más el entorno jurídico y regulatorio en el que operan los bancos. Es decir, extremo opuesto a las medidas de disciplina convenientes para la estabilidad.

Han sido necesarios casi diez años para reconducir una situación imposible, además de la creación conjunta de alrededor de 16 billones de dólares, y aún creciendo, vean la contribución de cada uno de los mayores bancos centrales: