¿Dónde están las oportunidades en renta variable este trimestre?

 | 12.01.2016 11:14

La caída de los precios del crudo llega hasta mínimos de 2008 y ha provocado una masacre en el sector de la energía y un extenso desplome en los ingresos. Además, las empresas energéticas han invertido en exceso durante los años 2009-14, y el sector se ha hecho adicto a la financiación barata en USD.

Las inversiones se vieron alentadas por una demanda china de petróleo que subía hasta donde alcanzaba la vista. Pero con beneficios operativos más bajos y con el crédito prorrogándose a tipos más altos en USD mientras las calificaciones crediticias están sometidas a presión, al sector le llueven ahora golpes desde todas partes. Al iniciar 2016 la producción global de petróleo alcanza nuevos máximos. El gobierno de EE.UU. está planteándose acabar con su prohibición de exportar crudo, que lleva décadas en vigor, mientras que Irán ha declarado que incrementará agresivamente la producción de petróleo cuando el país regrese a la economía global tras años de estar fuera debido a las sanciones lideradas por EE.UU..

Puede que aún no hayamos visto lo peor en los mercados del petróleo. La consecuencia directa del desplome del 70% en los precios del petróleo desde sus máximos en 2012 es una contracción del crédito, que ha llevado al sector energético a su peor calificación crediticia desde 1995, con una explosión del ratio “deuda neta/EBITDA” (beneficios brutos antes de gastos financieros) por encima de 3x, el mayor ratio de todos los sectores. El índice de las energéticas de alta rentabilidad en EE.UU. alcanzó el 11 de diciembre un diferencial ajustado por opciones (OAS) de 1.284 puntos básicos. Si los precios del petróleo no rebotan pronto, comenzarán las bancarrotas y ventas de activos que conmocionarán a todo el sector.

Las víctimas de mayor gravedad serán aquellos productores y empresas de servicios que operan con los mayores costes marginales. Los productores de petróleo en Norteamérica (arenas petrolíferas en Canadá, el gremio del fracturamiento hidráulico en EE.UU.), las prospecciones en aguas profundas y los productores del Mar del Norte, todos ellos sufrirán serios daños. Podría ser una masacre, y al nivel nacional impactaría negativamente en Arabia Saudí, Brasil, Venezuela, Canadá, Noruega, Emiratos Árabes Unidos y Rusia.