Descendientes de esclavos finalmente comienzan a ser vacunados contra el COVID-19 en Brasil

Reuters

Publicado 09.04.2021 07:53

Por Pilar Olivares

MAGE, Brasil, 8 abr (Reuters) - Un rayo de esperanza llegó esta semana a una comunidad de descendientes de esclavos en las afueras de Río de Janeiro, al recibir sus primeras dosis de la vacuna contra el COVID-19 tras una larga lucha por reconocimiento en momentos en que Brasil se ha convertido en el epicentro de la pandemia.

La comunidad de Mage, a 50 kilómetros de Río, es conocida como un "quilombo", un asentamiento fundado por personas que escaparon de la esclavitud y que ahora está habitado por brasileños de origen africano que mantienen las tradiciones derivadas de sus raíces.

"Fue una lucha constante, diaria", dijo Ana Beatriz Bernardes Nunes, vicepresidenta de la Asociación de Comunidades Quilombolas de Río de Janeiro, sobre la lucha para conseguir que el gobierno las incluyera entre los grupos prioritarios para la vacunación, junto a los pueblos indígenas.

"Hoy, después de muchas muertes, estamos vacunando a nuestra comunidad", añadió.

Bajo un techo de paja, junto a una parcela abierta de hierba utilizada para ceremonias religiosas, un médico sacó viales de una nevera e inoculó a un grupo de personas.

En todo Brasil hay más de 3.000 quilombos, según la Fundación Cultural Palmares, que promueve la historia y la cultura afrobrasileñas. El plan de vacunación calcula que hay más de un millón de personas que viven en estas comunidades.

Brasil fue el último lugar de América en abolir la esclavitud, erradicándola en 1888. Para entonces, al menos 4 millones de personas habían sido sacadas de África y obligadas a trabajar en las plantaciones de azúcar y en toda la economía.

La mayoría de sus descendientes en los quilombos siguen viviendo por debajo del umbral de la pobreza, con escaso acceso a la sanidad, lo que les hace especialmente vulnerables al COVID-19.

La última oleada de COVID-19, impulsada por variantes más contagiosas, está asolando Brasil, donde esta semana se han producido por primera vez más de 4.000 muertes diarias. El total de decesos en el mayor país de América Latina ha cruzado el umbral de los 340.000 y podría superar a Estados Unidos para convertirse en el más alto del mundo, según algunos expertos.

El programa de inmunización de Brasil tuvo un comienzo lento después de que el país no se moviera rápidamente para asegurar el suministro de vacunas. Menos del 15% de la población adulta ha recibido la primera dosis.