El BCE imprimirá este año 1 billón de euros para derrotar al coronavirus

Reuters

Publicado 19.03.2020 08:46

El BCE imprimirá este año 1 billón de euros para derrotar al coronavirus

FRÁNCFORT, 18 mar (Reuters) - El Banco Central Europeo (BCE) lanzó nuevas recompras de deuda por valor de 750.000 millones de euros (818.000 millones de dólares) tras una reunión de emergencia a última hora del miércoles, en un intento de taponar la sangría financiera que el coronavirus está provocando en la economía de la zona euro y despejar cualquier tipo de duda sobre el futuro del bloque.

Con gran parte de Europa confinada por el brote de coronavirus, la actividad económica está prácticamente en punto muerto y los mercados han entrado en barrena, presagiando una profunda recesión parecida a la de la crisis financiera mundial de 2008 y planteando interrogantes sobre la cohesión de la zona euro en momentos de tensión.

Bajo presión para actuar y reducir el coste de los préstamos en los países endeudados y afectados por el virus como Italia, el BCE puso en marcha un nuevo programa de compra de bonos, con lo que su previsión para este año asciende a 1,1 billones de euros. Sólo las últimas compras acordadas representan el 6% del producto interior bruto (PIB) de la zona euro.

"Los tiempos extraordinarios requieren acciones extraordinarias", dijo la presidenta del BCE, Christine Lagarde. "No hay límites en nuestro compromiso con el euro. Estamos decididos a utilizar todo el potencial de nuestras herramientas, dentro de nuestro mandato".

Las compras de bonos continuarán hasta que la "fase de crisis" de la epidemia termine y los pagarés no financieros con suficiente calidad crediticia se incluirán por primera vez entre los activos elegibles. "Las compras se llevarán a cabo hasta finales de 2020 e incluirán todas las categorías de activos elegibles bajo el programa de compra de activos existente", dijo el banco central en su comunicado.

El euro repuntó después del anuncio y subía un 0,16% a 1,0929 dólares, mientras los mercados de valores asiáticos se estabilizaban.

Aunque seguirá comprando deuda pública en función de la participación de cada país en el banco, la llamada clave de capital, el BCE dijo que será flexible y podrá desviarse de esta regla.

Esto se interpreta como un indicio de que no tolerará el aumento de los diferenciales de rentabilidad de deuda entre los miembros de la zona euro que se ha visto en Italia y Grecia en los últimos días.

Las compras también incluirán por primera vez la deuda de Grecia, que había sido excluida de las compras del BCE por su baja calificación crediticia.

Además, el BCE dijo que está listo para aumentar el volumen y la duración de sus compras en caso necesario y revisar cualquier restricción que se interponga en su camino, en una probable referencia al límite de propiedad de más de un tercio de la deuda de un país dado.

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"Teniendo en cuenta que la respuesta fiscal sigue aumentando, esto parece un punto de inflexión para la economía y los mercados de la zona euro", dijo Frederik Ducrozet, estratega de Pictet Wealth Management.

Sin embargo, el BCE dejó el tipo de interés de depósito sin cambios en el -0,5%, igual que el jueves pasado, en otra señal de que los responsables de política monetaria pueden estar considerando que un recorte haría más mal que bien.

Reunido en sesión ordinaria el jueves pasado, el BCE aprobó un amplio paquete de estímulos, pero las medidas decepcionaron a los inversores, lo que llevó a algunos a cuestionar el compromiso del banco con la promesa del predecesor de Lagarde, el italiano Mario Draghi, de hacer "lo que sea necesario" para salvar el euro.

Con los rendimientos de la deuda pública en la periferia del bloque al alza y la prima de riesgo de Italia -el diferencial entre la deuda italiana a diez años con la alemana- duplicándose en pocos días, la presión para que el BCE tome medidas más contundentes ha ido en aumento.

El pánico inversor empujó los rendimientos de los bonos de Italia a 10 años por encima del 3% brevemente el miércoles, lo que despertó la preocupación sobre la sostenibilidad de su deuda, antes de que las recompras del BCE y el pronunciamiento de sus responsables los hicieran retroceder a alrededor del 2,3%.