El nuevo jefe de Thyssenkrupp se enfrenta a una misión imposible: vender el acero

Reuters

Publicado 26.04.2023 10:21

Por Christoph Steitz y Tom Käckenhoff

FRÁNCFORT, 25 abr (Reuters) - El nuevo consejero delegado de Thyssenkrupp (ETR:TKAG) se enfrenta a la misma tarea que sus tres predecesores no consiguieron llevar a cabo: desinvertir en su negocio siderúrgico de 200 años de antigüedad, sobre el que se construyó el emblemático conglomerado industrial alemán.

La dificultad de la tarea quedó patente el lunes, cuando Martina Merz tiró la toalla y pidió rescindir su contrato de consejera delegada cinco años antes de lo previsto, como consecuencia de la creciente oposición a un plan para escindir el negocio siderúrgico del grupo, el segundo mayor de Europa.

La repentina decisión, que provocó la caída de las acciones de Thyssenkrupp por segundo día consecutivo el martes, se produjo tras la rebelión abierta de los representantes de sus trabajadores, así como la creciente resistencia dentro de su consejo de administración, dijeron dos personas familiarizadas con el asunto.

Su probable sucesor, el consejero delegado interino de Norma, Miguel Ángel López Borrego, tendrá que navegar por la misma compleja red de partes interesadas que ha hecho imposible hasta ahora la venta del que posiblemente sea el activo más renombrado de la empresa.

"La estrategia de Thyssenkrupp es hoy más confusa que hace 12 meses y el desenredo de la empresa avanza con demasiada lentitud", afirmó Ingo Speich, de Deka Investment, uno de los 20 principales inversores del grupo industrial, que añadió que el acero es el "hijo problemático" de la empresa.

Durante la última década, la dirección de Thyssenkrupp ha considerado el acero como un lastre debido a su naturaleza cíclica, pero los esfuerzos anteriores para fusionar el negocio con un socio, venderlo a un rival, sacarlo a bolsa o escindirlo han fracasado.

Hendrik Schmidt, experto en gobernanza de DWS (ETR:DWSG), uno de los 10 mayores accionistas de Thyssenkrupp, dijo que, si bien el acero sería una parte clave de la lista de tareas de Borrego, también necesita encontrar soluciones para las unidades de defensa e hidrógeno del grupo.

"Tenemos que preguntarnos si nos enfrentamos a otro periodo de incertidumbre (...) que está costando dinero a la empresa y a sus propietarios, y está avivando los temores entre sus empleados", afirmó Schmidt. "Espero que no haya dos años más de desarrollo de estrategia".

ATRAPADOS EN LA RED THYSSEN

La siderurgia ha sido tradicionalmente un bastión de los sindicatos alemanes, cuyo consentimiento es necesario para cualquier reestructuración importante en virtud de las normas de cogestión. Los representantes de los trabajadores también ocupan la mitad de los 20 puestos del consejo de supervisión de Thyssenkrupp.

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También está el mayor accionista del conglomerado, una fundación sin ánimo de lucro creada por el último miembro de la familia Krupp para dirigir la siderúrgica, que se dedica a obras de caridad y no tiene la capacidad de un gestor de patrimonios.

Borrego, de 58 años, no es ajeno a las estructuras complejas. Anteriormente fue director financiero y luego presidente de Siemens Gamesa (BME:SGREN), a su vez producto de la problemática fusión de las actividades eólicas de Siemens con su rival española Gamesa.

Esperándose su incorporación al cargo el próximo 1 de junio, será el cuarto consejero delegado de Thyssenkrupp en menos de cinco años que intenta simplificar la estructura de conglomerado del grupo, que, además del acero, incluye submarinos, piezas de automóviles y comercio de materiales.

Marc Tuengler, de DSW, un grupo de presión que representa a los accionistas privados de Thyssenkrupp, dijo que casi no importa si el acero sigue formando parte del grupo o se vende, siempre que haya una decisión clara.

"La cuestión se ha enquistado tanto que tomar uno de los dos caminos aportaría claridad y alivio", dijo.