VW auditará planta en Sinkiang mientras grupo de defensa de derechos presiona a fabricantes automóviles

Reuters

Publicado 21.06.2023 17:35

Por Victoria Waldersee y Jan Schwartz

BERLÍN, 21 jun (Reuters) - Un grupo de defensa de los derechos humanos con sede en Berlín cuestionó el miércoles a las principales automotrices alemanas por el alcance de su diligencia debida para evitar el trabajo forzoso en su cadena de suministro, mientras Volkswagen (ETR:VOWG_p) afirmaba que llevaría a cabo una auditoría en su planta de Sinkiang.

Volkswagen, BMW (ETR:BMWG) y Mercedes-Benz fueron acusados de no aportar pruebas suficientes de que sus esfuerzos por hacer un seguimiento de sus proveedores en Sinkiang, China, cumplían la nueva ley alemana sobre la cadena de suministro, según el Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR).

Volkswagen se declaró sorprendida por las acusaciones y estaba examinando la denuncia, presentada por el ECCHR ante la oficina alemana de control de las exportaciones BAFA.

La automotriz tiene una planta en la capital de Sinkiang que no produce vehículos, sino que realiza controles de calidad de los coches que se venden en la región.

Su director en China visitó la planta a principios de año y afirmó que no había indicios de trabajos forzados, pero la empresa ha recibido fuertes presiones de inversores y activistas para que realice más diligencias.

En el Capital Markets Day celebrado el miércoles, el presidente ejecutivo, Oliver Blume, declaró que la empresa encargaría este año una auditoría externa independiente de la planta.

Desde el 1 de enero de 2023, las empresas alemanas de cierto tamaño deben establecer procedimientos de diligencia debida, incluido un análisis anual de riesgos, que prevengan abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente dentro de sus cadenas de suministro globales.

Expertos de la ONU y grupos de derechos humanos estiman que más de un millón de personas, principalmente uigures y otras minorías musulmanas, han sido detenidas en los últimos años en un vasto sistema de campos en la región occidental china de Sinkiang. Investigadores y grupos de derechos humanos afirman que los campos se han utilizado como fuente de mano de obra mal pagada y coercitiva.

China niega todas las acusaciones de abusos.