El plan para un impuesto digital en la UE genera críticas

Reuters

Publicado 28.04.2018 11:25

El plan para un impuesto digital en la UE genera críticas

Por Francesco Guarascio

SOFIA (Reuters) - El plan de la Comisión Europea para gravar la facturación digital de las grandes compañías generaba escepticismo el sábado de algunos países de la Unión Europea y de la OCDE, organismo mundial que fija las normas en materia fiscal.

Las críticas llegaron en la primera reunión de ministros de la UE sobre este plan, que fue presentado por la Comisión el mes pasado y que implica un gravamen del 3 por ciento a los ingresos digitales de las grandes multinacionales como Google (NASDAQ:GOOGL), Facebook (NASDAQ:FB) y Amazon (NASDAQ:AMZN).

Las grandes firmas web están acusadas por algunos países de la UE de pagar demasiado poco en Europa, aprovechándose de un sistema fiscal desfasado que les permite cambiar sus ingresos a países que cobran menos impuestos.

Ministros de países más pequeños, entre ellos Luxemburgo y Malta, se oponen al plan, argumentando que debería hacerse una modernización de los impuestos digitales a nivel mundial y con una solución a largo plazo.

"Es bastante complicado. Apoyamos la cautela", dijo el ministro maltés de Finanzas, Edward Scicluna, a los periodistas antes de una cumbre ministerial en Sofia, capital de Bulgaria.

Las reformas fiscales a nivel de la UE exigen el respaldo unánime de los 28 miembros de la UE, al contrario que la mayoría de las reformas legislativas que se aprueban por mayoría cualificada.

La Comisión dijo que la opción preferida era una solución global a largo plazo basada en un nuevo método para calcular las obligaciones fiscales, pero su aprobación llevará tiempo.

Ha presionado entretanto para una opción temporal a corto plazo que recupere rápidamente parte de los ingresos fiscales que pierden los estados de la UE ante los gigantes digitales, dijo la comisión.

"Creo que es una propuesta inteligente", dijo el comisario fiscal de la UE, Pierre Moscovici, a su llegada a la reunión.

Países grandes como Francia, Italia y España apoyan los planes de la Comisión. Alemania tiene una postura más cauta y cuestiona la base de un impuesto a la facturación.

Un impuesto así supondría un cambio importante frente a la actual legislación, que grava a las compañías por sus beneficios y les evita pagar impuestos si informan de pérdidas.