Datos mixtos sobre deforestación en el Amazonas antes del Día de la Tierra organizado por Biden

Reuters

Publicado 09.04.2021 22:15

Actualizado 09.04.2021 23:40

Por Jake Spring

BRASILIA, 9 abr (Reuters) - La deforestación en la selva amazónica de Brasil disminuyó en el primer trimestre, según datos preliminares del gobierno, pero la caída puede deberse principalmente a una nubosidad más intensa este año, lo que dificulta el análisis de imágenes, y expertos apuntan a un salto preocupante en la destrucción de marzo.

La destrucción de la selva tropical ha aumentado desde que el presidente de derecha Jair Bolsonaro asumió el cargo en enero de 2019, debilitando la aplicación de la ley ambiental y pidiendo por un mayor desarrollo de la Amazonía.

Los datos oficiales anuales -bajo intenso escrutinio mientras el gobierno estadounidense dice que espera trabajar con Brasil para reducir la deforestación- muestran que la destrucción de la selva alcanzó un máximo de 12 años en 2020.

Pero el gobierno dice que los datos mensuales recientes muestran que un costoso despliegue militar lanzado a fines de 2019 para controlar los incendios y la deforestación finalmente está dando resultados.

Bolsonaro ha sido invitado a la cumbre del Día de la Tierra que el presidente Joe Biden celebrará el 22 de abril con los líderes mundiales, mientras ambos países intentan negociar un acuerdo para proteger la Amazonía.

Biden dijo el año pasado que el mundo debería movilizar 20.000 millones de dólares y dárselos a Brasil para detener la deforestación, amenazando con consecuencias económicas no especificadas para el país sudamericano si no lo hacía.

Alrededor de 576 kilómetros cuadrados de selva fueron destruidos en los primeros tres meses del año, un 28% menos que en el mismo periodo de 2020, según datos de la agencia nacional de investigación espacial Inpe.

Pero la nubosidad, que puede ocultar la deforestación en las imágenes por satélite, fue del 44-49% en los tres primeros meses del año, superior al 17-32% del año anterior.

Un científico del gobierno brasileño, que habló bajo condición de anonimato por temor a sufrir represalias profesionales, dijo que enero y febrero no son una señal fiable de lo que ocurre, ya que tienen bajos niveles de deforestación en comparación con los meses pico de mayo a octubre, y son muy volátiles.