El Papa condena la política "enferma" de corrupción al cerrar su visita a Perú

Reuters

Publicado 22.01.2018 08:31

El Papa condena la política "enferma" de corrupción al cerrar su visita a Perú

Por Marco Aquino y Carlos Serrano

LIMA (Reuters) - El papa Francisco culminó el domingo su visita a un entusiasmado Perú con ruegos a que no se dejen robar la esperanza y duras críticas a la "enferma" corrupción política en Latinoamérica, que ha derivado en una profunda crisis en la región.

Su visita de casi una semana a Chile y Perú culminó con una misa al aire libre en una cálida tarde en un campo de la base aérea Las Palmas de Lima, con una asistencia de más de un millón de personas, según el Vaticano, en una de las más concurridas en los últimos años.

"Hermanos peruanos, tienen tantos motivos para esperar. Lo vi, lo toqué en estos días, por favor cuiden la esperanza, que no se la roben, no hay mejor manera de cuidar la esperanza que permanecer unidos", afirmó Francisco al término de la misa.

Los fieles, muchos con familias enteras, arribaron a la base desde la noche e hicieron largas filas para entrar, en un día de altas temperaturas. Por momentos, los bomberos tuvieron que rociar agua para calmar el calor que sentían las personas.

En los actos que ofició en Perú, desde misas en una playa norteña hasta visitas a poblados pobres y encuentros con monjas y sacerdotes, habló sobre la defensa a nativos amazónicos, condenó al feminicidio e hizo llamamientos a tomar medidas contra la inseguridad ciudadana y hasta pidió evitar los chismes dentro de la Iglesia.

En una conversación con los obispos, los exhortó a predicar con humildad el Evangelio y en comentarios improvisados advirtió que América Latina está inmersa en una profunda crisis de corrupción, con una política que "está muy enferma. Y hay excepciones. Pero, en general, está más enferma que sana".

"Creo que la política está en crisis, muy en crisis, en América Latina por corrupción", afirmó. "Hoy podemos hablar que gran parte de Latinoamérica sufre en su política una gran decadencia debido en parte a la corrupción. El caso Odebrecht es simplemente una anécdota chiquita".

El Perú visitado por el Papa es un país dividido, después de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski otorgara en vísperas de la Navidad un indulto al exmandatario Alberto Fujimori, de 79 años, quien cumplía prisión por su responsabilidad en la matanza de 25 personas, entre ellas un niño.

Asimismo, el país es presa de escándalos de corrupción vinculados a la constructora brasileña Odebrecht y que han salpicado a los cuatro últimos gobiernos, incluido el de Kuczynski.

CRITICA CHISMES

En su primera actividad del día, tuvo un encuentro con medio millar de monjas en un santuario de Lima, donde criticó "los chismes" dentro de los conventos y comparó esta práctica con lo que hacen los "terroristas", en referencia a los años de actividad del grupo guerrillero Sendero Luminoso.

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El Papa se reunió también con cientos de sacerdotes y monjas en la Catedral de Lima, una basílica de estilo renacentista y neoclásico construida mayormente entre los siglos XVI y XVII sobre palacios incas. Allí rindió tributo a santos peruanos.

Poco antes, en el Santuario de Las Nazarenas, invocó a los religiosos a trabajar juntos para evitar la "tentación" de la desunión que sufre la Iglesia peruana.

En su viaje del sábado al norte, pidió luchar contra la "plaga" del feminicidio, en un día en el que cargó también contra la violencia de los sicariatos y la falta de oportunidades de los habitantes de la región.

Un día antes, hizo una encendida defensa de los pueblos amazónicos y del medio ambiente que los alberga, al afirmar que los grandes negocios y "la avidez del consumo" no deben destruir su hábitat natural, clave para todo el planeta.

Francisco agradeció la cálida acogida de los peruanos en todas sus actividades, con emociones, lágrimas y participación masiva, ambiente que contrastó con la recepción más fría vivida en los días previos en Chile.

Salió varias veces al balcón de la Nunciatura -donde se alojó- para orar y saludar a la multitud allí congregada noche y día. Asimismo, al iniciar sus actividades cada jornada, dedicó un tiempo para saludar y bendecir a los presentes, especialmente a niños y ancianos enfermos.