La mayor burbuja de la historia, no lo digo yo, lo ha dicho esta semana el legendario Stan Druckenmiller, está empezando a tambalearse. Ya hemos visto aquí lo sensible que está la renta variable a los tipos de interés y cómo desde el primer aviso que dio la tecnología en febrero algo no estaba bien bajo la superficie.
La realidad es que toda la deuda especulativa y barata que ha entrado en el mercado en el último año no puede soportar una subida del 200% en el 10 años americano. Y esta semana lo hemos vuelto a ver. El simple amago de subida en los tipos ha traído unos movimientos en la volatilidad difíciles de ver. El mercado está preocupado. Y el Bund en el abismo. Luego que si no se podía saber.