El miércoles, el dólar australiano (AUD) experimentó un repunte tras la publicación de unos datos de inflación superiores a los previstos. La inflación subyacente se mantuvo por encima del 4%, mientras que la tasa interanual se ralentizó hasta el 3,6%. El índice de precios al consumo (IPC) del primer trimestre arrojó una lectura del 3,5% en marzo, superando la estimación de consenso del 3,4%.
Tras el anuncio del IPC, el tipo swap a dos años de Australia subió aproximadamente 15 puntos básicos, alcanzando su nivel más alto desde noviembre de 2023, en el 4,51%. Las expectativas del mercado para la política monetaria han cambiado, con la curva Overnight Index Swap (OIS) indicando ahora una menor probabilidad de un recorte de tipos de interés para finales de año, dejando sólo 8 puntos básicos de flexibilización previstos para la reunión de diciembre.
En una nota publicada el miércoles, el analista de ING Francesco Pesole afirmaba que, si bien los riesgos de una nueva subida no son totalmente despreciables, las cifras de inflación probablemente sean insuficientes para justificar tal giro en la política.
"Creemos que el Banco de la Reserva de Australia puede alcanzar su objetivo de inflación sin tener que volver a subir los tipos, pero es posible que tenga que digerir algunos baches más en la inflación, que sugieren nuevos pasos hacia el lado dovish en la comunicación se tomarán con más cautela", dijo Pesole.
Los últimos datos económicos han sido favorables para el dólar australiano, que ha superado la marca de 0,6500. Aunque la divisa sigue siendo sensible a los cambios en el sentimiento del mercado, el retraso de las expectativas de relajación de la política monetaria y la capacidad de mantener el apoyo en un entorno de riesgo estable refuerzan la posición del AUD.
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