"Las cifras de negocio de la Bolsa española evidencian una falta de pulso total, con registros acumulados en lo que va de año aún más pobres que los registrados en el mismo período del año anterior. La actividad ha caído en promedio internanual un 30%. El porcentaje no tiene excusas comparativas, porque los puntos de partida en términos de capitalización son similares. Es decir, el precio de las acciones (que no su valor) apenas ha variado, lo que significa que la caída en los volúmenes es fruto de la negativa del inversor final a entrar en el círculo viciado de la Bolsa española, que no es el círculo virtuoso que ha rodeado a la actividad de Wall Street hasta hace muy poco gracias a la compra masiva de bonos y acciones inducia por la Reserva Federal. Leyendo esta entradilla parece que todo sigue bajo los efectos depresivos y que la Bolsa está muerta. O casi muerta, con respiración asistida. Eso es así, no lo puede negar nadie: estamos a mediados de junio y con el destrozo de ayer, el Ibex vuelve a entrar en negativo acumulado desde enero, lo que confirma la teoría de los expertos reputados de que es mejor no perder dinero, porque nada te dan los bancos, que perderlo en Bolsa. Pero no es menos cierto que en las últimas cinco semanas hemos observado más ruido de fondo. Mayor volumen de llamadas a la oficina. Mayor inquietud entre los inversores y cierta mejora en el intercambio de papel desde unas instituciones a otras. Es decir, colocaciones de paquetes de acciones a través de operaciones concertadas. Sí, papel más que dinero, pero por algo se empieza...".
"Se advierte, por tanto, mayor interés, aunque sin entusiasmo, por adquirir buenos lotes de papel de empresas con buenos fundamentos, principalmente de aquellas que cuentan con dividendos altos y free float, o número de acciones en circulación escaso y, en el mismo acto, claro está, gran excitación de algunos por soltar lastre, por vender ese mismo papel. Tenemos el ejemplo de Sacyr, con la salida de las cajas (aún queda alguna) de su accionariado, como antes tuvimos el ejemplo de Bankinter, con la colocación acelerada del paquete de Crédit Agricole, y de alguna compañía más. Muy pocas, es cierto, pero menos se hizo en los meses previos...".
"A esta situación de mayor ruido en la trastienda, que es un factor positivo, como indicativo de que el muerto no está muerto del todo, contribuye, sin duda, la desazón que cunde entre los inversores al verse acosados y perseguidos ¡quién lo iba a decir! por los bancos centrales, que mantienen tipos a niveles cero. Nunca el ahorro estuvo tan penalizado, nunca tan vilipendiado por quienes, precisamente, han estado predicando lo contrario, han estado predicando que debemos ahorrar para generar riqueza y salvaguardar el futuro nuestro y de nuestros hijos...".
"Contribuye, del mismo modo, el enorme hueco existente entre el comportamiento de los grandes mercados de acciones del mundo, como Wall Street, la Bolsa de Japón o la Bolsa alemana respecto a la española, aunque este fenómeno es más aparente que otra cosa, por cuanto la Bolsa española es muy estrecha, poco representativa de la Economía Global y muy sujeta, además, a su propio ciclo de depresión económica...".
"Ruido de fondo en valores muy concretas dentro de una tendencia más débil de lo que parece, pero ruido al fin y al cabo. Lo importante de esta situación es que hacía mucho tiempo que no la observábamos. De ahí lo interesante del asunto...".
"En nuestra sociedad mantenemos, no obstante, la recomendación de prudencia. No son momentos de anticipación, de ponerse al frente de la manifestación, máxime con el retorno, también, de la volatilidad después de muchos meses dormida. Recomendamos ver y observar ¿Actuar? Aún no ha llegado el momento..".
(De la conversación mantenida con uno de los grandes operadores de la Bolsa española).