Durante esta semana se ha conocido una noticia que ha hecho temblar de nuevo los cimientos del sistema bancario internacional. Las consecuencias de la manipulación del tipo de interés interbancario "LIBOR" se hacen notar con dimisiones de altos cargos de la banca internacional, cifras de multa récord en el sector e incluso con el Banco de Inglaterra salpicado por posibles rumores de colaboración en esta trama. Lo que parece que esta claro, es que lo conocido hasta ahora, tan sólo es la punta de un gran iceberg.
¿Qué es el LIBOR?
El LIBOR (London InterBank Ofered Rate) es una tasa que se publica cada mañana en Londres y mide en definitiva el precio al que se pueden prestar las entidades financieras dentro del conocido crédito interbancario. La forma de cálculo es muy sencilla, cada mañana, empleados de 16 grandes bancos designados por la Asociación de Banqueros Británica, comunican la tasa de interés efectiva a la que estarían dispuestos a prestar a sus competidores (aunque no les vincula a prestar a esa misma tasa) y tras quitar los cuatro tipos más elevados y los cuatro más bajos se realiza una media simple entre los 8 restantes.
El LIBOR se publica sobre varias divisas y tiene gran interés tanto en Reino Unido como en Estados Unidos ya que muchas hipotecas fijan el tipo de interés a pagar en función a este cálculo.
¿Cuándo empezó todo?
Realmente, ya en los años 90, las tasas del yen japonés (JPY) dentro del LIBOR fueron alteradas debido a que varios de los bancos que contribuyen al cálculo del mismo se vieron afectados por graves problemas de crédito que produjo desajustes en el LIBOR.
Aun así, donde parece ser que comenzó la manipulación más efectiva y cruel, fue a partir del año 2005, año en el cual ya se investigaba a varias entidades por tratar de inflar el LIBOR y obtener así mayores beneficios en los préstamos a corto plazo.
La manipulación se producía cuando varios traders, de distintas entidades, se ponían de acuerdo a la hora de introducir las ofertas, y alteraban la oferta de tipos de interés llevándolo en el camino en el que mejor convenía a sus entidades en ese momento. En la investigación se han confiscado varios emails entre traders de varias entidades felicitándose por el trabajo realizado, prometiéndose champán y jactándose de poder modificar un tipo de interés tan importante para el mercado.
Ya en 2007, las estimaciones del LIBOR comenzaron a desviarse de forma sustancial entre el dólar y el resto de monedas, suscitando sospechas en el FBI, y en 2008 el Banco de Pagos Internacionales registró valores realmente anormales en el LIBOR justo antes de los albores de la crisis financiera.
Lo que está claro es que unos traders por sí solos no tienen interés alguno en modificar las órdenes a no ser que algún superior les haya indicado efectivamente que lo hagan, o eso es al menos lo que piensa el Parlamento Británico llamando a declarar al que es la primera cabeza de turco de esta trama, el consejero delegado de Barclays, Bob Diamond.
El primer destape de esta manta señala a Barclays, primer objetivo de la ira contra un sector ya bastante deteriorado éticamente como es el de la banca.
Una multa de 455 millones de dólares y la dimisión tanto del presidente como del director de operaciones y del presidente del consejo de administración son las primeras consecuencias para la entidad inglesa la cual no esta sola ya que ahora se sospecha también de Citigroup, UBS, HSBC, JPMorgan, RBS y una larga lista de grandes bancos tanto retail como de inversión.
Sin embargo, los altos directivos de Barclays han decidido morir matando y acusan nada más y nada menos que al Banco de Inglaterra, y en especial al número dos de este banco Paul Tucker, el cual parece ser, indicó a Bob Diamond que "no era necesario" que la entidad publicase siempre unos niveles elevados para el cálculo del índice.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias?
Desde luego, las dimisiones que hemos conocido esta semana parece ser que no van a ser las últimas, la carrera de Tucker en el Banco de Inglaterra se da por acabada e incluso hay algunos que abogan por cambiar el tipo de interés a fin de conseguir uno que refleje más realmente la situación en la que se encuentra el sector y que desde luego no pueda manipularse con tanta facilidad con la que parece se ha manipulado el LIBOR.
Javier Urones
Departamento de Análisis de XTB