Caídas significativas de las bolsas europeas en estos momentos, tras una apertura bastante más mesurada que lo que estamos viendo ahora.
El Dax alemán ha perdido momentáneamente los 10.000 puntos, tras pasar varios días por encima de este nivel, pero sin mostrar demasiada determinación por superarlo.
Parece que todo se reduce a que la sorprendente e inagotable fortaleza de Wall Street, que ayer marcó un nuevo máximo histórico, unido al buen momento de la bolsa japonesa (el Nikkei hoy ha cerrado por sexto día consecutivo al alza, tras anotarse un 1,37%), han servido para que los índices del Viejo Continente subieran las dos últimas semanas, dejándose llevar por otras plazas lejanas.
Existiría un tercer factor, de cierta importancia: la sobrerreacción al Brexit se antojó como excesiva, en un laberinto repleto de dudas, que llevará años recorrer y que podría contar con la colaboración de los bancos centrales para hacerlo más llevadero.
Pero las tres causas anteriores están lejos de cimentar una estructura alcista sólida que puede desarrollarse durante meses. Las dudas del sector bancario, especialmente, de los bancos italianos, son otro elemento bajista. Sin pasar por alto todo el escenario geopolítico, marcado por constantes ataques terroristas (que sí que tienen un efecto extremadamente limitado sobre los inversores), o por los últimos sucesos acaecidos en Turquía.
Así pues, el espacio para las subidas desde los niveles actuales, y hasta que termine el año, no parece muy elevado. Lo más probable es que durante el segundo trimestre nos sigamos moviendo en un amplio más o menos amplio en las bolsas europeas.
Los máximos alcanzados justo antes del Brexit, bastante coincidentes con los anteriores máximos alcanzados el 20 de abril, constituyen casi una meta: el precio objetivo para las bolsas europeas en 2016. Por la parte de abajo, el soporte se lo debemos a la fortaleza de Wall Street. Y por supuesto, cualquier muestra de vulnerabilidad de la plaza neoyorquina nos llevaría a perderlo y a tocar nuevos mínimos.
En este contexto, la estrategia más indicada parece la dinámica: no aguantar las posiciones demasiado tiempo, salirse tras hacer alcanzado cierto beneficio prudente, y volver a esperar a que el mercado corrija y dé una nueva oportunidad. Desde el mes de febrero, una estrategia consistente en comprar tras correcciones del 5%, y vender tras obtener un 5% de beneficio en nominal sin apalancamiento, se podría hacer efectuado exitosamente entre 4 y 5 ocasiones en las bolsas europeas.
Hoy el sector de materias primas tiene un mal día, siendo en gran parte responsable de la aceleración de las caídas de las bolsas.
Se ha publicado un dato del índice ZEW alemán del mes de julio que ha quedado muchísimo peor de lo esperado (saliendo en -6,8, cuando se esperaba un 9), siendo el Brexit la causa de este fuerte deterioro en la confianza. A nivel europeo, el dato también ha salido mucho peor de lo previsto (-14,7 frente a +12,3).
En EE.UU. conoceremos esta tarde datos del sector constructor inmobiliario a las 14:30.
La agenda corporativa nos tare unos buenos resultados hoy de Enagás (MC:ENAG) (que no obstante, desciende), y malas cuentas de Ericsson (ST:ERICb), Volvo (ST:VOLVb) y un profit warning de Novartis (SIX:NOVN).
En Wall Street tuvimos ayer una buena acogida a las cuentas de IBM (NYSE:IBM) y de Yahoo! (NASDAQ:YHOO), pero no así a las de Netflix (NASDAQ:NFLX), que pese a quedar por encima de lo previsto, no ha gustado nada que obtenga el menor número de abonados en dos año. esta tarde tendremos las de Microsoft (NASDAQ:MSFT).