El jueves, los analistas de ING destacaron que los últimos datos económicos de EE.UU., que indican una inflación más fuerte de lo esperado y un crecimiento del PIB más débil, podrían afectar a la próxima cifra del deflactor PCE subyacente y reducir la probabilidad de un recorte de los tipos de interés a corto plazo por parte de la Reserva Federal. El crecimiento del PIB estadounidense en el primer trimestre fue del 1,6% anualizado, por debajo del 2,5% previsto. Sin embargo, el deflactor básico del PCE, una medida clave de la inflación, subió un 3,7% anualizado, superando la previsión del 3,4%.
Los analistas señalaron que esta medida de inflación, que es una cifra trimestral anualizada, podría estar sujeta a revisiones basadas en datos de meses anteriores. Señalaron que, aunque existe la posibilidad de que el deflactor del PCE subyacente siga alineándose con la actual previsión mensual de consenso del 0,3%, los datos recientes hacen que esto parezca menos probable. Los rendimientos del Tesoro han reaccionado al alza, reflejando las expectativas del mercado de que un recorte de tipos de la Fed es ahora más improbable.
El desglose del crecimiento del PIB reveló varios componentes que influyen en la economía. El gasto de los consumidores aumentó un 2,5% anualizado, menos vigoroso de lo previsto, mientras que la inversión residencial registró un fuerte crecimiento del 13,9%. El gasto de capital de las empresas (capex) fue modesto, y el crecimiento del gasto público se ralentizó hasta el 1,2%. Además, el comercio neto y las existencias influyeron negativamente en la tasa de crecimiento global.
A pesar de los resultados actuales del PIB, los analistas de ING observan que el nivel de producción sigue estando por debajo de la trayectoria potencial si no se hubiera producido la pandemia. Esperan una actividad económica más moderada en los próximos trimestres, citando una divergencia significativa entre las encuestas empresariales y los datos oficiales. Prevén que la cautela empresarial se traducirá probablemente en una ralentización de la contratación y del crecimiento salarial, así como en una inversión empresarial conservadora, lo que se reflejará en las cifras oficiales del PIB.
ING concluye que se espera que el aumento de los costes de endeudamiento del mercado este año influya en la actividad económica y acabe moderando las presiones inflacionistas. Sin embargo, creen firmemente que la posibilidad de un recorte de tipos de la Reserva Federal antes de septiembre es casi inexistente.
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