Madrid, 26 mar (.).- El VI Barómetro Asufin de préstamos al consumo publicado este martes refleja que por primera vez desde la pandemia de coronavirus, en 2020, cae la intención de los consumidores españoles de contratar un préstamo de este tipo, y sólo un 30,24 % se muestra dispuesto a endeudarse.
El documento revela que en el verano de 2020, en plena pandemia, apenas un 14,20 % de los encuestados consideraba la posibilidad de pedir en crédito al consumo, porcentaje que alcanzó en 2023 un máximo del 32,30 %.
El menor interés de los españoles a la hora de pedir un crédito al consumo está relacionado, según Asufin, con el hecho de que los préstamos a corto plazo en España, cuyo interés medio es del 11,56 %, son más caros que la media de los países de nuestro entorno, donde se sitúa en el 6,03 %.
En cuanto a los créditos a largo plazo, el interés medio en España es del 10,96 %, frente al 7,82 % de media europea.
El destino principal de este tipo de créditos es obtener liquidez en un 24,5 % de los casos, tasa que el año pasado se situaba en el 27 %, en tanto que un 12,2 % se destina a viajes y vacaciones.
Otro de los usos de los préstamos al consumo es la compra de vehículos, que no ha dejado de caer en los últimos años y se sitúa en el 14,90 %, por la subida de precios de los coches y "un contexto de ayudas que se ha mostrado insuficiente", señala Asufin.
El plan MOVES III, vigente hasta el 31 de diciembre de 2024, permite optar a una deducción fiscal de apenas el 15 %, y sólo para vehículo eléctrico de uso particular, con un importe máximo de valor del vehículo de 20.000 euros.
Pese a la bajada de tipos, los consumidores están demorando sus operaciones de financiación, a la espera de conseguir mejores condiciones, ya que nos encontramos "en el principio del ciclo de bajadas".
Aunque los tipos han bajado en España en mayor medida que en otros países, "siguen siendo mucho más caros", destaca el estudio, un 5,53 % en el corto plazo y un 3,14 % en los préstamos a largo plazo.
Las entidades financieras deberían afrontar este "sobrecoste estructural" como un reto para aprovechar el ciclo de bajada y abaratar los productos".