Por Christopher Beddor
HONG KONG (Reuters Breakingviews) - Un nuevo ataque a los zombis corporativos de China podría enterrar a unas cuantas empresas. Esta semana, las autoridades han reactivado la campaña de Pekín para matar a las sociedades moribundas. En las versiones anteriores de esta película de terror, las autoridades locales a menudo han mantenido en estado tambaleante a las empresas de propiedad estatal.
Varios ministerios dieron a conocer el martes un plan para acelerar el cierre de empresas en dificultades y mejorar los aún incipientes procesos de quiebra, incluso para las empresas estatales. Las nuevas directrices prohíben, entre otras cosas, que los dueños impidan la salida del mercado de dicha empresas.
Las reglas y regulaciones chinas sobre las dificultades corporativas son caóticas y a menudo confusas, por lo que se agradece la claridad. Pero no es la primera vez que las autoridades luchan contra los no-muertos. El problema era especialmente agudo en torno a 2015, cuando el precio de los productos básicos se desplomó, por ejemplo, entre los productores de metales de propiedad estatal. Esa situación creó una especie de ejército de muertos vivientes. El Fondo Monetario Internacional estimó que para 2016 esas empresas representaban alrededor del 6% de la deuda total de las empresas, o el 15% del total de los pasivos industriales.
El problema mejoró un poco en 2017, cuando los precios de las materias primas se recuperaron del estancamiento y disminuyeron ligeramente los problemas de exceso de capacidad. Entonces, como ahora, gran parte de la resistencia proviene de las autoridades locales, para quienes estas empresas pueden constituir una fuente vital de empleo e ingresos fiscales.
El nuevo impulso de esta semana parece ser parte de una campaña más amplia para mantener la presión sobre los gobiernos regionales. El regulador de activos del Estado dijo en marzo que hasta ahora se han eliminado casi 2.000 empresas zombis o muy endeudadas. El objetivo de las autoridades es matar a miles de ellas antes del próximo año.
Estas ambiciosas metas invitan al escepticismo. Pero el gobierno central se está enfrentando a peces gordos provinciales y está presionando en un asunto que de otra manera sería fácil de ignorar. También es un buen momento: hay margen económico, pero también suficiente presión de la guerra comercial para dar energía a los dirigentes, que ven que se avecinan posibles problemas. Eso puede hacer que valga la pena ver esta película de zombis.
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(El autor es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones vertidas en esta columna son responsabilidad exclusiva de su autor)
(traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)