Por David Dolan
ESTAMBUL (Reuters) - El presidente turco, Tayip Erdogan, obtuvo amplios poderes nuevos el lunes tras su victoria en unas elecciones que también dieron a su partido de raíces islamistas AK y a sus aliados nacionalistas una mayoría en el Parlamento.
El principal rival de Erdogan, Muharrem Ince, del partido CHP, reconoció la derrota, pero calificó de "injustas" las elecciones y dijo que el sistema presidencial que ahora entra en vigor era "muy peligroso" porque llevaría a que mandara un solo hombre.
Erdogan, de 64 años, el líder más popular y polarizador en la historia moderna de Turquía, prometió a sus seguidores mientras ondeaban banderas que no retrocedería en su deseo de transformar Turquía, una nación profundamente polarizada que es miembro de la OTAN y candidata, por lo menos de forma nominal, a unirse a la Unión Europea.
Erdogan es querido por millones de devotos musulmanes de la clase trabajadora turca por los años de crecimiento económico y por liderar la construcción de carreteras, puentes, aeropuertos, hospitales y escuelas.
Pero sus detractores, incluidos grupos de derechos humanos, lo acusan de destruir la independencia de los tribunales y la libertad de prensa. Una ofensiva lanzada tras el golpe de estado fallido en 2016 ha llevado a la detención de 16.000 personas, incluidos maestros, periodistas y jueces.
Erdogan y su partido AK reivindicaron el domingo la victoria en los comicios presidenciales y parlamentarios superando a una revitalizada oposición que en las últimas semanas había ganado una fuerza considerable y parecía capaz de dar la sorpresa.
"Está fuera de duda para nosotros retroceder desde donde hemos llevado a nuestro país en términos de democracia y economía", dijo Erdogan el domingo por la noche.
El mandatario obtuvo el 53 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales, con más del 99 por ciento de los votos contados, frente al 31 por ciento de Ince. El AK alcanzó el 42,5 por ciento en las votaciones parlamentarias, y fue fortalecido por sus aliados nacionalistas, que superaron las expectativas y ganaron el 11,1 por ciento.
La participación electoral fue alta, casi el 87 por ciento. La Junta Suprema Electoral (YSK) declaró que las elecciones habían sido "positivas".
Los mercados turcos inicialmente subieron por la esperanza de estabilidad política, alejando los temores sobre la dirección de la política económica y monetaria. Pero la lira, que ha bajado alrededor de un 18 por ciento desde el inicio de 2018, se cedía su subida inicial.
"GRAN PELIGRO"
Las elecciones dan paso una poderosa presidencia ejecutiva respaldada por una magra mayoría en un referéndum en 2017. La oficina del primer ministro será eliminada y Erdogan será capaz de emitir decretos para formar y regular ministerios y eliminar funcionarios, todo ello sin aprobación parlamentaria.
"El nuevo régimen que entra en vigor desde hoy es un gran peligro para Turquía... Ahora hemos adoptado por completo un régimen en que manda un solo hombre", dijo Ince en una conferencia de prensa.
Su partido secularista CHP obtuvo un 23 del nuevo Parlamento y el prokurdo HDP casi el 12 por ciento, por encima del mínimo del 10 por ciento para poder tener representación parlamentaria.
Los detractores de Erdogan dicen que la campaña tuvo lugar bajo unas condiciones injustas, con Erdogan predominando en la cobertura de medios antes de la votación y con menos tiempo para sus oponentes.