Por Sara Busquets
Investing.com - Wall Street podría haber encontrado en el coronavirus el posible freno a su racha de ganancias. Ayer martes asistimos nuevamente a una jornada de pérdidas, en la que el Dow Jones se dejó más de 1.000 puntos con una nueva caída de más del 3%. En términos de puntos, las dos últimas sesiones se han erigido como el peor registro del índice en sus 124 años de historia, según datos de Dow Jones Market Data. Se trata también de la peor caída en porcentaje desde el periodo que terminó el día 5 de febrero. Está ahora un 8,4% por debajo de su máximo del 12 de febrero (29.551,12 puntos), y acercándose al territorio de corrección de los 26.596,28 puntos.
Está claro que la razón para explicar estas últimas pérdidas está en la psicosis desatada por la propagación del coronavirus fuera de China, con numerosos casos detectados en Corea e Italia y ya las primeras muertes fuera de Asia. Aunque todavía no hay casos confirmados en Estados Unidos, el país ve inevitable la llegada del coronavirus tras observar como se ha ido extendiendo en todo el mundo. De hecho, según el portal que recoge en tiempo real los casos de coronavirus, habría posibles casos ya en Nueva York, Los Ángeles o San Francisco.
De todos modos, al margen de los casos que puedan registrarse y que, lógicamente, obligarían al país a tomar medidas para contener el pánico y su propagación, lo que sí ya se está dejando notar, y afectando a nivel global, es el tema del comercio y el transporte, lo que a su vez, hace mella en la confianza de los consumidores y levanta dudas con respecto a los beneficios empresariales futuros y el crecimiento económico.
Dice Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management, en su artículo de hoy, que “se dispara la venta en los mercados porque los inversores se han dado cuenta de que cuanto más se extienda el virus, más tiempo tardará la actividad económica en volver a la normalidad”.
Los problemas económicos en China ya son una realidad, así como su efecto en compañías como Apple (NASDAQ:AAPL).
Pero no solo del pánico al coronavirus vive el vendedor. Hay otros tres factores que podrían incidir negativamente este año en la evolución de las bolsas en Wall Street, que ya también han dejado fuera de máximos al S&P 500 y al Nasdaq.
Las elecciones de 2020
Los inversores empiezan a ponerse nerviosos ante la incertidumbre que están generando las noticias en torno a las elecciones presidenciales de este año. Dicen en MarketWatch que, si Bernie Sanders gana la carrera por la presidencia por el partido demócrata, e incluso le arrebata la presidencia de EE.UU. a Donald Trump, puede ser negativo para el mercado, que le vería como un candidato poco dado a los negocios. “Si Bernie es el candidato demócrata, el riesgo para las bolsas está garantizado”, asegura Ed Moya, analista de mercados de OANDA.
Las valoraciones actuales
A nadie le escapa el hecho de que los mercados actuales cotizan a precios desorbitados y son muchos los expertos que anticipan una caída importante. Ya lo decía hace una semanas Michael Kramer, analista colaborador de Investing.com. “Es preocupante la creciente cantidad de ofertas de compra para los contratos de opciones del índice de volatilidad CBOE (VIX), que expiran a mediados de febrero. Las apuestas sugerirían que algunos traders prevén un aumento de la volatilidad en las próximas semanas. Podría servir como un fuerte indicio de que el descenso del S&P 500 es inminente”.
Incluso el propio Warren Buffett sigue quejándose de los elevados precios actuales, por lo que no debería de sorprender que las caídas que hemos visto estos días sean el inicio de caídas futuras, por algún condicionante externo (como ha sido el caso del coronavirus), como por la tendencia de los próximos meses dentro del ciclo de mercado actual.
Los miedos a una recesión
El año pasado fueron muchos los que alejaron los temores a una recesión, a la vista de cómo estaba la situación a final de año. Incluso a comienzos del año, en palabras de David Salomon, CEO de Goldman Sachs (NYSE:GS), quien afirmó en el último foro de Davos que empezaban 2020 con optimismo por las mejoras vistas en el último trimestre de 2019. Pero llegó el coronavirus, y con él los temores sobre su efecto en el crecimiento global, que pondría de nuevo la recesión sobre la mesa.
Bancos centrales y gobiernos están luchando por contener el impacto, pero aun así es difícil que, si nos terminamos enfrentando a una pandemia, no debamos volver a temer la recesión. Según un reciente estudio de la oficina de Presupuesto del Congreso norteamericano, la pandemia podría tener un impacto de corto plazo, similar en profundidad y duración a la recesión de posguerra en Estados Unidos.